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Con el frío también aumenta la proliferación de mohos, veamos como defendernos
“Se acerca el invierno”: para los fanáticos de la serie de televisión Juego de Tronos, esta frase evoca profecías dramáticas y batallas terribles en medio de extensiones de nieve.
Para los que viven en casas húmedas, tal vez también afectado por la humedad ascendente, la misma oración se refiere a la mente que amenaza con puntos negros de moho e incrustaciones a lo largo del yeso de la casa. Pero debido a que el invierno se combina con el molde? ¿Por qué, con el inicio del clima frío, nuestra casa se llena con este enemigo molesto y peligroso?
Ciertamente la causa no es de temporada, no, el problema se debe a muchos otros factores.
En el caso de la capilaridad ascendente de humedad, el enemigo son nuestras paredes que no están debidamente aisladas del suelo circundante, lo que conduce a la elevación de la humedad hasta alturas considerables.
En este caso, evidentemente, es fundamental poner en práctica las soluciones más eficaces contra la humedad ascendente. En otros casos, el problema no se remonta tanto a defectos arquitectónicos, sino al comportamiento de quienes viven allí entre esos muros. Y es precisamente en invierno cuando es más fácil ‘incentivar’ a los formación de moho!
Invierno, frío y… húmedo.
La íntima y dañina relación entre invierno y moho no es un misterio: el caso es que hace frío afuera, y solo para protegernos de las bajas temperaturas, vivimos en casas bien aisladas.
El problema es que, precisamente por este eficiente aislamiento, no hay ventilación natural en nuestra casa, y por eso el exceso de humedad queda atrapado en nuestras habitaciones, lo que lleva a la formación malsana y antiestética de molde, especialmente en los muros que dan al exterior y al norte, pero no solo. ¿Qué se puede hacer para evitar que esto suceda? ¿Cómo eliminar la humedad ascendente?
Remedios contra el moho: airear, airear y airear
Paradójicamente, algunas casas antiguas, con ventanas viejas y no completamente aislantes, logran tener menos problemas de moho, ya que el aire circula un poco más a través de las tan odiadas corrientes de aire.
El caso es que, nos guste o no: el aire frío, el que nos ataca en cuanto sacamos la nariz por la puerta entre diciembre y marzo, suele ser mucho menos húmedo de lo que nos permite montar en un camiseta sin mangas en el verano.
Esto significa que dejar entrar aire frío a la casa, activando así un sistema de circulación de aire, nos ayuda a disminuir la nivelLo humedad presente en nuestro entorno hogareño. Esta es la razón de los orificios de ventilación, pero a menudo no son suficientes.
Una, dos veces, preferiblemente tres veces al día, es por tanto necesario abrir las puertas y ventanas de la casa para que circule el aire, bajando así la humedad.
Calefacción: un grado más es suficiente
Después de ventilar las habitaciones, el segundo truco, mucho más apreciado por muchos, es encender la calefacción de la casa.
El aire caliente de hecho absorbe más humedad, disminuyendo así las posibilidades de ver molde de floración en las esquinas de las habitaciones. Pero ojo, no significa que la casa deba convertirse en sauna: uno o dos grados más son suficientes, combinados con la ventilación periódica de las habitaciones.
Y si todo esto fuera poco, para estabilizar el nivel de humedad en casa, puede optar por un dispositivo deshumidificador, capaz de dar una ventaja a la batalla contra molde.